Todos sabemos como afecta la crisis económica a la venta de coches. Lo sabemos porque no lo cuentan en los informativos, con lo que, en mi opinión es necesario ponerlo en cuarentena. Se reducen las ventas, se reduce la producción, se amenaza con despedir a la gente y con revoluciones sociales, se da una ayuda para la compra de coches, etc....
Pensándolo fríamente es cierto que la compra de un coche es un desembolso importante y que en época de desconfianza, cuando no sabes si mañana formarás parte de la cola del paro, es algo que hay que pensarse bien. Más aun si el que tienes ya ha dicho basta o lo va a decir pronto y arreglarlo es tirar el dinero.
En este caso a la hora de ir al concesionario de turno puede ser que intentemos menguar todo lo posible la factura. ¿Y que sacrificaremos? Pues por orden. Primero el tamaño del coche. Si podemos tirar con un coche más pequeño, par que irse al grande. Segundo, equipamiento. Para que queremos las llantas de aluminio supergrandes, los sensores de aparcamiento, el navegador, los espejos plegables, los asientos de cuero o el espejo electrocromo. Todas esas cosas están bien pero su dinero cuestan y mejor está en el bolsillo en estos momentos por si acaso. Y por último un motor más pequeño. Si tampoco se puede correr. Y lo importante es que consuma poco, y los grandes consumen al final un montón.
Consecuencia, en los próximos años los coches que circulen por nuestras carreteras serán más pequeños, menos equipados y consumirán menos, porque correr podrán correr igual.
Y esto tendrá consecuencias buenas y malas que veremos en las estadísticas de los estudios que se harán. Siempre he pensado que un coche más grande es más seguro, que un coche más equipado es más seguro y que un coche que consuma poco es un milagro. Así que igual todo esto no nos lleva a nada bueno
Pensándolo fríamente es cierto que la compra de un coche es un desembolso importante y que en época de desconfianza, cuando no sabes si mañana formarás parte de la cola del paro, es algo que hay que pensarse bien. Más aun si el que tienes ya ha dicho basta o lo va a decir pronto y arreglarlo es tirar el dinero.
En este caso a la hora de ir al concesionario de turno puede ser que intentemos menguar todo lo posible la factura. ¿Y que sacrificaremos? Pues por orden. Primero el tamaño del coche. Si podemos tirar con un coche más pequeño, par que irse al grande. Segundo, equipamiento. Para que queremos las llantas de aluminio supergrandes, los sensores de aparcamiento, el navegador, los espejos plegables, los asientos de cuero o el espejo electrocromo. Todas esas cosas están bien pero su dinero cuestan y mejor está en el bolsillo en estos momentos por si acaso. Y por último un motor más pequeño. Si tampoco se puede correr. Y lo importante es que consuma poco, y los grandes consumen al final un montón.
Consecuencia, en los próximos años los coches que circulen por nuestras carreteras serán más pequeños, menos equipados y consumirán menos, porque correr podrán correr igual.
Y esto tendrá consecuencias buenas y malas que veremos en las estadísticas de los estudios que se harán. Siempre he pensado que un coche más grande es más seguro, que un coche más equipado es más seguro y que un coche que consuma poco es un milagro. Así que igual todo esto no nos lleva a nada bueno
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